Preparando a los Economistas del Mañana
La Enseñanza del Cambio Climático en Economía
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En 2019, la Universidad de Bristol se convirtió en la primera universidad del Reino Unido en declarar formalmente una emergencia climática. Al año siguiente, otras 36 instituciones del Reino Unido siguieron su ejemplo. Más allá de su propia investigación sobre el clima y de sus agendas para lograr la neutralidad de carbono, las universidades desempeñan un papel clave en la educación de sus estudiantes y del público sobre la crisis climática.
El cambio climático está en el centro del discurso público, y una licenciatura en economía puede dotar a los licenciados de herramientas para analizar los retos que plantea y encontrar soluciones y políticas eficaces como respuesta. En este artículo, basándonos en la cumbre sobre el clima de la Royal Economic Society, compartimos algunas ideas sobre cómo integrar el debate sobre el cambio climático y la sostenibilidad medioambiental en la pedagogía de la economía.
El cambio climático puede ocupar un lugar central en el plan de estudios de economía
Muchos economistas consideran que el medio ambiente es una parte esencial del sistema económico. De hecho, CORE Econ define la disciplina “como el estudio de cómo las personas interactúan entre sí y con su entorno natural para producir y adquirir sus medios de subsistencia, y cómo esto puede cambiar con el tiempo y difiere entre sociedades”.
Teniendo en cuenta el papel central del medio ambiente en las economías del mundo real, el estudio del cambio climático y la sostenibilidad debería integrarse en todo el plan de estudios de economía y no quedar relegado a unidades optativas del último curso. Este enfoque puede integrar los acuciantes problemas sociales a los que se enfrenta nuestro mundo dentro de la asignatura, contribuyendo a motivar a los estudiantes y a apoyar su aprendizaje.
A los estudiantes que cursan CORE Econ se les pregunta regularmente al principio de su programa cuáles son, en su opinión, los problemas más acuciantes que deberían abordar los economistas hoy en día. En 2021, el cambio climático y los retos relacionados con los recursos ocuparon un lugar destacado en las respuestas de estudiantes de todo el mundo.
También debemos plantearnos cómo integrar el cambio climático en los estudios de los estudiantes. De hecho, algunos de los trabajos en economía medioambiental son técnicos y avanzados: pensemos, por ejemplo, en los modelos de evaluación integrados o en la bibliografía sobre valoración. Sin embargo, la investigación tiene a menudo una intuición muy directa. Por ejemplo, en microeconomía, los bienes públicos, las externalidades, los problemas de coordinación, los dilemas del prisionero y la tragedia de los comunes pueden introducirse a través de la lente del cambio climático. Del mismo modo, en macroeconomía, podemos hablar de políticas como los nuevos acuerdos verdes y los paquetes de estímulo, cada vez más habituales en el discurso político.
Si bien los modelos que ven los estudiantes en su primer año de licenciatura suelen ser sencillos, les ofrecen la oportunidad de profundizar en ellos y plantearse preguntas importantes. Por ejemplo: ¿cuál es el nivel óptimo de contaminación? ¿O qué determina el precio óptimo del carbono? Una vez que los estudiantes han desarrollado suficientes fundamentos empíricos y teóricos a lo largo de sus carreras, estas ideas pueden volver a examinarse con mayor profundidad en años posteriores.
Utilizar ejemplos del mundo real como plataforma de lanzamiento del aprendizaje no es algo nuevo. Los estudios de casos y el aprendizaje en función de los problemas subrayan el valor pedagógico de empezar con un escenario concreto (un caso) y luego pensar en cómo los métodos de la disciplina pueden ayudar a comprenderlo (véase, por ejemplo, Volpe, 2002).
Este enfoque puede aplicarse al cambio climático y a la sostenibilidad medioambiental, mediante el cual los estudiantes aprenderían microeconomía y macroeconomía a través del prisma de los retos medioambientales. Este método pedagógico involucra a los estudiantes y puede facilitar un aprendizaje profundo (véase, por ejemplo, Basu, 2021).
Por ejemplo, la economía tiene mucho que decir sobre las formas más eficientes de reducir las emisiones, mitigar los costos de los daños climáticos, el impacto económico de las estrategias utilizadas para reducir las emisiones y disminuir los riesgos de emergencias climáticas, y mucho más. Considere la posibilidad de utilizar un ejemplo del mundo real de su área, como la imposición de un impuesto sobre el carbono o la construcción de fuentes de energía limpias (como molinos de viento o instalaciones de energía nuclear) para organizar un debate en clase (o asignar un trabajo empírico, aunque veremos más sobre esto en la siguiente sección).
Un capítulo del recién publicado Manual de Sostenibilidad de The Economics Network comparte varias ideas y ejemplos de cómo motivar la enseñanza a través de los retos medioambientales.
Las unidades empíricas pueden reforzarse con debates sobre el cambio climático
Utilizar datos del mundo real relacionados con la sostenibilidad medioambiental y el cambio climático es otra forma de integrar estas cuestiones en los programas de economía. Este enfoque puede motivar a los estudiantes, contribuir a desarrollar técnicas empíricas y habilidades de empleabilidad y proporcionar oportunidades de encuadre para ayudar a los estudiantes a aplicar el razonamiento económico.
Existen diversas fuentes de datos que pueden vincularse al cambio climático:
- Las relaciones climáticas básicas, como el vínculo entre las emisiones de CO2 y el aumento de las temperaturas promedio del planeta (calentamiento global), pueden identificarse utilizando datos de la OECD, Our World in Data, Naciones Unidas y la información del Cambio Climático Global de la NASA.
- Las actitudes y percepciones sobre el clima se recopilan en encuestas a gran escala como el Eurobarómetro y la Encuesta Británica de Actitud Social. Esto puede ayudar a las discusiones en el aula sobre las cantidades socialmente óptimas de intervención o a debatir los retos de la intervención.
- Las bases de datos de los hogares de la mayoría de los países disponen de información sobre el gasto, el trabajo y la salud, que puede relacionarse con el medio ambiente y el cambio climático (véanse, por ejemplo, las Encuestas de Hogares de la OECD, EPIC).
El proyecto CORE ha preparado tareas sobre la medición del cambio climático y la disposición a pagar por la mitigación del cambio climático utilizando datos del mundo real. Los instructores podrían, por supuesto, construir sus propios ejemplos para los estudiantes basándose en los tecnicismos en los que quisieran centrarse.
El proceso de evaluación puede ser auténtico y centrarse en el cambio climático
El cambio climático ofrece la oportunidad de integrar un proceso de evaluación auténtico en el plan de estudios, animando a los estudiantes a aplicar los conocimientos económicos adquiridos en diversos contextos. Por ejemplo, las evaluaciones podrían incluir:
- Informes de política del curso para informar, por ejemplo, a los gobiernos locales o nacionales sobre una cuestión medioambiental. Esto podría incluir una evaluación económica de la expansión de la pesca, el aumento de la energía eólica en tierra y mar, la introducción de un “impuesto sobre la carne” para reducir las emisiones de carbono, etc.
- Un proyecto empírico en torno a conjuntos de datos medioambientales. Por ejemplo, averiguar el impacto de un impuesto sobre el carbono en un mercado específico utilizando datos de la OCDE.
- Preguntas de respuesta corta tipo examen en las que los estudiantes interpretan los resultados de la investigación para un escenario determinado.
A los estudiantes a veces les cuesta establecer nuevas conexiones entre las ideas económicas y las aplicaciones en el mundo real, por lo que es importante que se les proporcione una estructura de apoyo. Los educadores deben garantizar una alineación constructiva entre los resultados del aprendizaje, la evaluación y lo que ocurre en el aula.
Retos para la integración del cambio climático
Hay una serie de retos a la hora de integrar el cambio climático y la sostenibilidad en un plan de estudios de economía que deben tenerse en cuenta.
1. Los negacionistas del cambio climático pueden cuestionar la experiencia en el aula
Al igual que en cualquier área de la vida, hay algunos individuos que desafían el paradigma dominante, y el cambio climático no es inmune a esto. Como tal, los profesores pueden encontrarse con el escepticismo climático tanto sobre el alcance del problema como sobre las posibles soluciones.
El escepticismo y el pluralismo de ideas en la enseñanza superior brindan muchas oportunidades para profundizar en las cuestiones. Por ejemplo, brindan la oportunidad de discutir las pruebas empíricas y explorar la causalidad de las relaciones. También ofrecen oportunidades para debatir puntos de vista normativos opuestos, y analizar cuestiones importantes como si los países desarrollados, o los países en desarrollo, o todos los países, deberían tratar de descarbonizarse, y los costos asociados a ello.
2. Sea consciente de la ansiedad climática
Como ocurre con cualquier tema que tiene el potencial de tener repercusiones negativas en los años venideros, existe la posibilidad de que la enseñanza del cambio climático provoque ansiedad en los estudiantes. La ansiedad climática es el miedo que experimenta la gente ante la crisis climática, y está en aumento. Las investigaciones sugieren que la ansiedad climática puede afectar a la salud mental, emocional y física. Pero, al mismo tiempo, se asocia a la culpa y al sentimiento de responsabilidad por el cambio climático, lo que aumenta el interés por estudiar y debatir el tema (véase, por ejemplo, Hickman et al, 2021).
Aunque novedoso para algunos profesores de economía, tratar temas delicados con los que los estudiantes pueden tener asociaciones personales no es nuevo en la enseñanza superior. Los economistas pueden aprender técnicas para mantener debates en clase sobre estos temas de otras disciplinas como la psicología, los estudios de género, la medicina, la educación o las artes creativas. La creación de un entorno de aprendizaje inclusivo, mecanismos de retroalimentación y directrices claras sobre cómo comunicarse y debatir cobran importancia a la hora de planificar lecciones sobre temas delicados. La evidencia sobre las advertencias de contenido es mixta, pero los instructores pueden considerar la posibilidad de utilizarlas, así como de ofrecer flexibilidad y opciones en torno a las evaluaciones como forma de mitigar el riesgo de ansiedad.
Resumen
Enseñar sobre la economía del cambio climático y la sostenibilidad medioambiental dentro del plan de estudios de economía es, sin duda, un deber cívico en una disciplina que se enfrenta a grandes retos sociales.
La economía tiene mucho que ofrecer tanto para analizar el pasado y el presente como para proponer soluciones eficaces para el futuro. Educar a los estudiantes para ayudarles a desarrollar las habilidades duras y blandas que necesitan para dar forma al debate en torno a la sostenibilidad medioambiental no sólo fomenta la empleabilidad, sino que también puede aumentar el compromiso de los estudiantes con su aprendizaje.
Este artículo se ha elaborado en colaboración con The Economics Network, la mayor y más antigua organización académica dedicada a mejorar la enseñanza y el aprendizaje de la economía en la educación superior. Obtenga más información sobre The Economics Network aquí.
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